lunes, 26 de diciembre de 2011

Terminal

Lenguaje líquido en baldes de carne seca. Eso o Esa que ya ni siquiera es lo que desviste el sentido común, erosiona su rostro henchido en arrugas repentinas, con las formas abstractas de sus entidades lingüísticas.
Morfemas de estructura viscosa, articulan enunciados que, podridos de rugir en celdas crepitantes, ascienden por los canales nasales hacía el lóbulo izquierdo de la subjetividad A, que ya fue V, J, C y un intento calamitoso de creerse Ñ, cuando las ruinas del anfiteatro gramático sepultaban los gritos de la poetisa que intentaba salvarla.