sábado, 2 de octubre de 2010

El cuerpo enfurece

Calor en la panza, las tetas, los brazos, la cara. Fuera el buzo y unos cuantos esfuerzos que la piel no admite.

Presiones del sistema nervioso, el mandamás de la racionalidad.

Al baño, al vacio de azulejos blancos, a la cara de Perlongher. A la búsqueda de una de sus cicatrices hecha palabra.

Espejo que mira y dice: ¿Así me veo?

Espejo que interpreta: todo está en la cabeza.